Don José Salomón, inmigrante procedente del Libano establecido
originalmente en Punta Arenas (Chile), comienza actividades comerciales
vinculadas con Ushuaia y en 1917 adquiere un antiguo edificio de chapa y madera
para radicarse en la lejana villa austral, instalando un almacén de ramos
generales y vivienda familiar. Fue uno de los más importantes negocios de ese
tipo en la ciudad. Incluso, sus instalaciones sirvieron para albergar a
pasajeros del buque turístico Monte Cervantes cuando en enero de 1930 naufragó
en aguas del canal Beagle. Este almacén junto con unos pocos más, sirvió para vender provisiones no sólo a los habitantes de la pequeña población de esos años sino también proveyó al presidio local y también a los visitantes que llegaban a esta lejana zona austral.
El inmueble se encuentra ubicado
sobre la Av. Maipú 737 (costanera) sobre un lote de 800 m2, con una superficie
cubierta original de 430,25 m2.
El edificio presenta una fachada simétrica producto de la distribución de
ambientes, comunicados entre sí, en los cuales se destinó a comercio el ala
izquierda y a uso residencial el ala derecha. El sistema constructivo es el
tradicional del patrimonio arquitectónico maderero, estructura en tirantes de
lenga de la zona, pisos y cielorrasos machimbrados y muros de madera revestidos
por empapelado. Dos frontis triangulares que incluyen cenefas ornamentadas, son
coronados por pináculos de madera destacándose sendos rosetones octogonales
cuya función era iluminar los desvanes den entretecho del edificio, recurso
usual en estas construcciones. Las puertas exteriores son de son de dos hojas
vidriadas y las ventanas también de madera, contienen paños de vidrio
repartido. En el interior del almacén aún se notan huellas del incendio que
sufrió en la década del 60, no obstante funcionó como tal hasta 1970. Luego permaneció cerrado y mudo pero en pie.
Una acertada decisión de la propietaria del viejo edificio posibilitó la locación
del mismo por el Sr. Enrique Chasco, profesional y empresario local
comprometido con la defensa del acervo histórico, quien encaró desde fines de
2005 y por un año de acción sin pausas la puesta en valor del antiguo almacén y
su recuperación al uso comercial, recreando su antigua función transformada en
bar y panadería incorporando en el sector que ocupaba la vivienda un comercio
de alta costura, ambos atendidos por el matrimonio de locatarios.
La obra estuvo a cargo
del estudio del arq. Aníbal González Paz principalmente en el sector de
ampliación del contrafrente y mejoramiento de patios interiores. Se incorporó
un salón de panadería con mesas de trabajo, hornos y demás instalaciones
(5,60x6,80), cámara frigorífica (3,30x5,50), sanitarios para público y
personal, sala de máquinas y depósito con un total de 95 m2. Se refuncionalizó
la vieja carnicería y depósito como actual cocina (4,40x3,20) y sector de
lavado de vajilla (3,30x3,20).
Un
sector intermedio totalmente destruído se transformó en bodega (6,50x6,50) con
barricas y cata de vinos. Dos pequeñas salitas internas se transformaron
en un pequeño museo donde se exhiben libros notariales del viejo
almacén, fotos, planos y elementos familiares. El patio interno cubierto, originalmente
abierto, se reacondicionó para su uso como expansión o alternativa
del salón principal. Cuenta con hermosas vistas al jardín interior y gran luminosidad. Todavía no se
intervino en la vieja cocina y el garaje, dejando para más adelante su
tratamiento. El almacén mantuvo su fisonomía original, habiéndose consolidado
cielorrasos y pisos. Se incorporaron mostradores y un sector de café al fondo
aprovechando muebles existentes. Todos los trabajos en madera y detalles de
ebanistería del sector antiguo fueron responsabilidad del artesano francés
David Dumond, quien en la actualidad es responsable de la panadería y
repostería.
El
sector de tienda funciona en salones que mantuvieron sus
dimensiones y características originales, a los que se les incorporaron probadores,
muebles y objetos antiguos. Los muros fueron empapelados y las carpinterías
pulidas y nuevamente barnizadas. En general, se verifica un marcado respeto por
la autenticidad de los materiales y la originalidad del bien patrimonial.
Finalmente en horas del mediodía del 6 de octubre de
2006, en un emocionante momento en presencia de integrantes de la familia Salomón, antiguos pobladores , invitados especiales
recibidos por el titular del comercio, el “almacén de ramos generales” y el
local contiguo de la tienda de alta costura a cargo de Lilian, su mujer, se reabrieron las puertas e inauguró este
singular y elogiable emprendimiento. Chasco afirmaba en ese momento: “Los trabajos parecían no tener fin,
rasqueteando paredes y pisos, recuperando cada parte de la construcción en un
trabajo artesanal que se realizó con un cariño especial. En momentos, venían a
mi memoria historias de las que seguramente se vivieron bajo este techo,
también se encontraron gran cantidad de documentos comerciales de la época…
Creo que este esfuerzo trata de devolverle a la ciudad todo lo que me dio en
estos 25 años cuando llegué aquí”. Hoy, luce restaurado y ambientado en la
nostalgia pero sin descuidar las instalaciones que requiere un comercio en la
actualidad.
Vecinos y turistas se mezclan comprando el pan, las
facturas o tomando un café, compartiendo historias y dando pie a la
imaginación.
1 comentario:
Esta familia le debe a mi viejo el pago de una lapicera Birome bañada en oro que mí papá le vendió al Sr. Salomón en 1947
Publicar un comentario